Cada vez están más extendidas por el mundo las cafeterías donde viven gatos. Puede sonar un poco extraño tomar un café rodeado de simpáticos felinos, pero también puede ser una experiencia diferente.
En su favor cuentan con ser normalmente asociaciones de defensa de los animales que encuentran su financiación a través de actividades diferentes y que dedican su capital a la protección de la vida animal. Normalmente los felinos son rescatados de la calle y adecuadamente tratados. En algunas ocasiones hasta lo puedes adoptar si ha surgido el amor en una de las visitas.
Es una iniciativa con una base solidaria que busca crear conciencia de protección animal, sensibilizar a la sociedad sobre los problemas del abandono y posibilitar un contacto directo con animales que buscan un hogar para seguir viviendo.
Algunos argumentos en contra pueden ser aquéllos relacionados con el estrés que pueden sufrir los animales con el contacto con tanta gente o que se acabe mercantilizando el tiempo que pasamos con mascotas, que de otra manera se haría de forma altruista. En algunos cafés felinos se cobra una entrada, una forma de controlar el aforo y su calidad, de modo que los que entren realmente quieran estar con los gatos y estén comprometidos con la causa, a la par de un medio de recaudar para el mantenimiento de la infraestructura de la asociación, comida de felinos, gastos veterinarios, etc.
En cualquier caso es una iniciativa diferente, que enfoca de forma distinta a la que estamos acostumbrados la situación del abandono animal y de la adopción de mascotas que sin este tipo de oportunidades tendrían pocas oportunidades de sobrevivir en la calle.
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